No hay nada más gratificante como sentirnos útiles ayudando a los demás. El participar en proyectos solidarios o de voluntariado son una maravillosa alternativa que favorecerá nuestro grado de satisfacción personal y sin duda provocará una gran labor social que revertirá en el beneficio de mucha gente. La situación actual está provocando que muchas de las asociaciones y fundaciones que trabajan con los más desfavorecidos estén cada vez más movidas por el esfuerzo de voluntarios de todas las edades, y es interesante ver el aumento de voluntarios mayores de 50 años.
La idea es que de este modo cambiamos de forma radical el concepto de personas mayores ayudadas por voluntarios por personas mayores que ayudan a los demás. Si tenemos deseos de una sociedad mejor, seguro que podemos encontrar asociaciones en nuestra ciudad que necesiten gente para poner en marcha programas de gestión de alimentos, acompañamiento y apoyo a personas sin recursos, desde grandes organizaciones como Cruz Roja o Cáritas hasta más pequeñas que trabajen a nivel de barrio o parroquias. Para los más valientes incluso podemos encontrar programas como el de el Organismo Autónomo de Programas Educativos Europeos Grundtvig que promueve el Voluntariado Senior en Europa, realizando acciones con el objetivo de permitir que ciudadanos mayores puedan hacer voluntariado en otro país.
También tenemos otro tipo de alternativas que no buscan tanto la intervención social con desfavorecidos y sí el aprovechar el conocimiento de las personas mayores para favorecer proyectos como por ejemplo el del proyecto Voses (Volunteering Solution for Entrepreneurship Spirit, soluciones de voluntariado para el espíritu emprendedor en español) que promueve la Fundación Voluntarios por Madrid.
Al final, lo primordial de todo esto es ayudar a los demás, sentirnos útiles y percibir que tenemos mucha vida por delante para invertir en tareas generosas y buenas.
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