La situación actual de crisis económica que predomina en todo el país ha hecho que las personas mayores pasen a formar parte fundamental del sustento familiar. En la actualidad la figura de los abuelos en la familia ha pasado a tomar un gran protagonismo, como elemento que facilita unos ingresos a la familia y que, además, ayuda en el cuidado y educación de los hijos.
El síndrome del abuelo esclavo no es nuevo, y es que sobrecargar a la persona con un exceso de responsabilidades en un momento de la vida en el cual es fundamental tener una dedicación especial a su cuerpo y su propio bienestar puede repercutir directamente en un aumento del estrés, el insomnio y la ansiedad, afectando así a la salud física e incidiendo en las capacidades motoras y la autonomía de la persona. Según estudios recientes, casi el 20% de los hogares españoles viven de las pensiones de jubilación de sus mayores, y la sensación de explotación está pasando factura a las personas mayores de nuestro país.
En algunos casos a esto se añade situaciones más dramáticas como el hecho de tener que acoger de nuevo a los hijos y nietos en el hogar, trastocando de manera directa e invasiva el bienestar y ritmo de vida de la persona. Además de asumir una gran parte del gasto familiar en las necesidades básicas para comer o adquirir elementos de primera necesidad se suma un cambio generacional importante que repercute directamente en las relaciones familiares y, en consecuencia, en el clima del hogar y el bienestar de todos los miembros. Esta mezcla de situaciones tensas generan en las personas mayores una sensación de inseguridad, de inestabilidad y tristeza que repercute directamente en su salud. Evitemos en la medida de lo posible que estas desagradables situaciones se hagan más a causa de no poder sobrellevarlas, y es que al final, lo que nos queda y lo importante, es la familia.
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