En los últimos años han proliferado una serie de estafas y engaños enfocados a personas mayores que viven solas que tienen como fin ganarse la confianza para realizar algún hurto. Desgraciadamente estas cosas ocurren con frecuencia, por ello lo más importante es que no nos pille desprevenido. Para evitar tener un susto de más, lo mejor es desconfiar de:
- Comerciales de gas, electricidad o cualquier otro producto. No debemos perder de vista que un comercial busca vender, no trabar amistad, por ello no necesariamente nos van a estafar, pero antes de firmar nada lee lo que te está ofreciendo. Confirma que es un profesional de la empresa que dice ser con algún documento identificativo y si te está vendiendo algo que es demasiado barato o demasiado bonito, no te fíes. Ante cualquier duda, lo mejor es acudir directamente a la oficina de atención al cliente de tu compañía suministradora o de la que provenga el comercial y contrastar la información antes de comprometerte a nada. Nunca des tu número de cuenta y nunca firmes nada sin haberlo leído antes.
- Revisores del gas, agua, etc… Antes de dejar entrar a nadie en casa, confirma que realmente son profesionales de esa empresa y que se dedican a realizar esa tarea de verdad, por que una vez dentro de casa será más fácil que puedan actuar.
- Personas de cuidado a domicilio. Si necesitas que alguien acuda a tu casa a hacer la limpieza, ayudarte a la compra o realizar algún cuidado concreto, lo mejor para evitar sorpresas es dirigirte a empresas especializadas o pedir referencias a amigos y conocidos. Es la mejor manera de garantizar que la persona que se va a encargar de cuidarte lo va hacer de la manera más adecuada.
Al final, la mejor manera de evitar sufrir un robo o cualquier otro contratiempo es saber cortar a tiempo. Si no me interesa, lo mejor es decirlo, no pasa nada, y a una mala comentar que son sus hijos, sobrinos, etc, quienes se encargan de todo. No facilites que te engañen, nadie da nada por nada.
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