martes, 18 de enero de 2011

Tabaquismo y vulnerabilidad


Según recoge Europa Press, en una nota remitida por la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), las personas mayores son más vulnerables ante el consumo de tabaco, al haber un mayor deterioro orgánico. Por ello, una de las principales recomendaciones médicas, a través de geriatras y especialistas es la interrupción del hábito de consumo de tabaco.

Esta es la nota informativa:

Las personas mayores "parten de una situación peor" y son más "vulnerables" a los efectos nocivos del consumo de tabaco. En general, su organismo se encuentra más "deteriorado", por lo que su capacidad de respuesta es "menor" y es "más fácil que fumar les haga daño", asegura el catedrádito-emérito de Geriatría de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid y miembro de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), José Manuel Ribera Casado.

"Depende mucho de la situación de cada persona, pero, en general, las arterias están más deterioradas y presentan más rigidez, menos elasticidad y más placas ateroscleróticas. Lo mismo ocurre con el corazón y el aparato respiratorio", explica Ribera Casado.

Como consecuencia la incidencia de las patologías asociadas al tabaco es "mayor". En concreto, el catedrático de Geriatría destaca que la EPOC en personas mayores de 60 años alcanza un índice del 20 por ciento. "Todas las enfermedades que son susceptibles de ser ocasionados por el tabaco pueden aumentar su incidencia en estas edades. Por ejemplo, las que afectan al aparato respiratorio como la bronquitis crónica y el enfisema pulmonar", explica Ribera Casado.

"También, -prosigue el experto- las enfermedades que afectan a las paredes de las arterias. La enfermedad coronaria, por ejemplo, la cardiopatía isquémica, la enfermedad vascular periférica, que afecta a las arterias que van a las miembros. A ellos se suman los tumores tabaco dependientes, que son todos los de las vías respiratorias, las vías digestivas altas y los de la vía de eliminación renal, en los que la posibilidad de incidencia es alta".

Por ello el miembro de la SEGG insiste en que es necesario que las personas mayores se "conciencien" y dejen de fumar. "El tabaco hace daño permanentemente. Cada cigarro tiene su parte correspondiente de efecto nocivo. Si la persona mayor interrumpe el hábito interrumpe el daño", insiste García Ribero.

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