martes, 7 de diciembre de 2010

Envejecimiento Saludable


Al igual que hicimos en el pasado mes de octubre, publicando una entrada en este, nuestro/vuestro blog, sobre un interesante artículo publicado por José Antonio Flórez Lozano, Catedrático de Ciencias de la Conducta de la Universidad de Oviedo (ver enlace: http://fedvalladolid.blogspot.com/2010/10/la-edad-del-poder-hacia-un-nuevo.html), en la sección de Opinión de el diario asturiano El Comercio, en su edición digital, hoy rescatamos un nuevo artículo publicado por Flórez Lozano en El Comercio (30.11.2010), que parte del análisis de una nueva realidad, cada vez más visible, respecto a los nuevos retos del envejecimiento, y la realidad de la cada vez creciente "Madurez de las Masas".

Os dejamos en enlace de El Comercio Digital, y reproducimos el artículo a continuación, sin dejar de citar que la imágen gráfica que ilustra la entrada corresponde a Gaspar Meana, publicada también en El Comercio Digital:

http://www.elcomerciodigital.com/prensa/20101130/opinionarticulos/envejecimiento-saludable-20101130.html

Envejecimiento saludable

Esta nueva forma de «envejecimiento activo» disminuye significativamente las tasas de morbilidad y mortalidad

El aumento de la cultura, de las comunicaciones, de las nuevas tecnologías, de la calidad de vida y de una tendencia cada vez más acrecentada hacia el envejecimiento activo, en el que no existen límites para ningún tipo de actividad (física, intelectual, cultura, social, política, científica y política), va a generar un nuevo contexto sociocultural absolutamente distinto de la vejez y, por lo tanto, ello se va a traducir en nuevos enfoques, necesidades y recursos que superan los tradicionales paradigmas de intervención psico-social con relación a los mayores. Efectivamente, el nuevo vector de desarrollo en el mundo de las personas mayores apuesta por unos estilos de vida distintos y revolucionarios, tales como la actividad física regular, la dieta equilibrada, una vida intelectual y socialmente activa y, naturalmente, una mayor participación (huyendo de paternalismos trasnochados) en el tejido socio-económico y político de la sociedad. Asimismo, cada vez más, la sociedad es consciente de la importancia de alcanzar ese envejecimiento competente pletórico de comportamientos saludables (potenciadores de la salud de los mayores).

Un envejecimiento saludable, cuya palabra clave es 'autonomía', implica dominio del ambiente, relaciones positivas con los demás, crecimiento personal, aceptación de sí mismo y propósito de vida, es decir, vivir la vida pletóricamente. En todo este proceso, las relaciones personales con los otros son esenciales y en ellas debe haber muestras de afectividad, intimidad y preocupación por el bienestar de los demás. El crecimiento personal implica sentimientos de desarrollo constante, verse a sí mismo en continuo crecimiento y estar abierto a nuevas experiencias. Y para ello, la educación para la salud y la prevención de la enfermedad son mecanismos indispensables que necesitamos potenciar a través de un mayor conocimiento y concienciación del fenómeno del envejecimiento en la población general; en fin, una nueva ancianidad que trata de superar el carácter impersonal y marginal de su vida cotidiana, satisfaciendo al mismo tiempo el anhelo de compañía, intimidad, apoyo emocional y amor. Porque el envejecimiento nos afecta a todos. Inexorablemente, envejecemos y la vejez es vida, es decir, actividad, participación, sentimiento de ser útil, de mantenerse ocupado en tareas que han de ser valoradas socialmente, lo cual se traduce en una potenciación de la «imagen personal», de la seguridad y de la confianza en sí mismo. Además, esta nueva forma de «envejecimiento activo» disminuye significativamente las tasas de morbilidad y mortalidad. Un ejemplo de auténtico envejecimiento activo fue Dercy Gonzalves, actriz de 103 años, fallecida recientemente. Mujer irreverente, trabajó durante más de 80 años en televisión, teatro y radio. Siempre dijo que todo lo que aprendió en la vida lo consiguió de la mejor manera posible: ¡viviendo!

Estimular el interés de los programas de activación física y mental ('jogging cerebral'), que facilitan un envejecimiento «saludable» y un potencial de motivación desconocido, capaz de romper barreras, es la forma más eficaz de superar la pasividad anquilosante de las personas mayores. Estos programas terapéuticos no han sido bien aprovechados a favor de la propia estructura socio-económica del país. Por todo ello, estamos convencidos de que las barreras que han impedido al anciano mantenerse activo se van a destruir, al mismo tiempo que surge, cada vez con más fuerza, una imagen social del anciano distinta que borra el estereotipo negativo de la persona mayor definido por su pasividad y limitaciones psico-físicas. Con mucha frecuencia, los mayores han sido vistos como una clase marginada (pobre, enferma, frágil, inútil), sin ninguna fuerza considerable en la población. Pero este siglo XXI pertenecerá a los nuevos ancianos, no sólo por el número creciente, sino también por el poder económico e intelectual acumulado. Nuestra mente no ha de entretenerse lamentando las ocasiones perdidas. Tenemos que dedicar nuestros esfuerzos a vivir plenamente, disfrutando del momento presente hasta el agotamiento. Ahí, siempre vamos a encontrar un manantial caudaloso de felicidad. Se trata de convertirnos en individuos responsables y liberarnos de pensamientos negativos. En un periodo de crisis, como sucede con el envejecimiento, tenemos que actuar con fuerza, energía y pasión. Podemos practicar múltiples actividades que están a nuestra disposición, a nuestro ritmo. Por ejemplo, bailar o nadar. Bailar es una buena forma de comunicarse. Actuando con tenacidad, podemos redirigir nuestra vida, nuestros compromisos vitales. Disfrutar de esos pequeños logros que vamos alcanzando, resulta excitante, vital para nuestra existencia. ¡Y maravillarnos de existir!
En fin, en este modelo de envejecimiento activo y saludable, nos encontramos con mayores que son capaces de superar el estrés y la mera envoltura corporal exhibiendo en su mirada una determinación capaz de sorprender a su propia voluntad. Son muy conscientes de todo lo que ocurre en el escenario de su mente y han aprendido a relativizar (a saber que todo es transitorio y mutable) y a generar escudos protectores contra el pesimismo y la negatividad. Han desarrollado una buena autoestima y son capaces de controlar sus miedos porque tienen confianza en sí mismos. En todas sus acciones, ponen una gran humanidad que repercute positivamente en ellos mismos. Son individuos que aprovechan todas las posibilidades, que generan un gran entusiasmo y una gran actividad, que convierten la pereza, la negligencia o la falta de preparación en dosis de estímulo, superación y acción. Son personas que creen en sí mismas, que están conectadas a la vida y que huyen de cualquier tipo de negatividad. Se sienten motivadas, eufóricas, alegres y con la fuerza necesaria para cambiar la realidad que les rodea. Se inundan de satisfacción vital, detienen el tiempo y viven cada minuto como si fuera el último.

Sin duda, ocuparán un lugar importante en la política, y desde ahí influirán decisivamente en los programas y necesidades específicas de la población de mayores y en el futuro de nuestra sociedad. Los nuevos ancianos, cuyo poder económico es importante, también empezarán a intervenir en la política de forma muy activa. De ahí que en EE UU la población senecta se haya convertido en un poderoso grupo de presión (American Association for Retired Persons) con el fin de velar por sus intereses y seguir tomando sus propias decisiones. Estos cambios socio-culturales lentos que se están dando en la cultura americana, también se empiezan a evidenciar en nuestro país.

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