Todos sabemos, que las
titulaciones no se dan generosamente, para obtener un título, en cual quier
materia, hace falta años de estudio, de dedicación y esfuerzo.
Luego, la experiencia en el hacer
diario, que cada uno de nosotros, va
adquiriendo a través de los años, completan el curriculum, (palabreja) que
todos hemos de presentar, en un momento de nuestra vida.
Hoy quiero hablar de mi esposa,
licenciada en, Desarrollo Infantil y Relaciones Humanas. (A.B.U.)Título no
exento de sacrificio, no muy bien entendido, y siempre mal pagado económicamente.
He visto,
la gran importancia, que ha tenido todos estos años, su trabajo en régimen de dedicación exclusiva, a veces en turnos, de
mañana tarde y noche, para llegar incluso a doctorarse, (de esto ya va para 10
años) volcando su sabiduría, en esta
segunda etapa de su vida,
Tratando de no perder el paso, en
el ejercicio de las funciones encomendadas, he terminado por asumir la misma
profesión, haciendo de la misma, una forma maravillosa de vivir, no me ha sido
fácil, al igual que ella, doctorarme en la misma materia, lo que sinceramente
no se todavía, es la calificación que se nos otorgará, si un simple aprobado o
sobresaliente, tengo entendido que suele darse, pasado el tiempo, y me consta
que muchos, por una enfermedad rara, que llaman “alzhéimer” y otras, por esa
necesidad vital de marcharse, nunca se recibe la evaluación completa.
A veces hacemos mesas redondas,
(sobre todo a la hora de comer), hoy muy necesarias para todo, en las que
hablamos sobre, lo habido y por haber, hay preguntas, que la gran mayoría no
vienen en ningún tratado, así que tampoco las respuestas, no hay libro de
instrucciones con lo que hay que afinar mucho, para no salirse por la tangente.
Me he dado cuenta, mas tarde que
pronto, de la gran capacidad que tienen
los niños para tantas y tantas cosas, he aprendido, que la mentira, el engaño,
es algo que al igual que algunas comidas, no es de fácil digestión.
Como me imagino, os habréis dado
cuenta, nuestra titulación es la de ABUELOS, ni mas ni menos, se que nos ha
sido dada, aún a riesgo de equivocarnos, ejercemos con cariño.
Nadie es perfecto, quizá la
esencia de la vida es eso, la imperfección; somos diferentes, cada día que amanece, por eso somos únicos
Pocholo.
Quintanilla de Arriba, a un día
cualquiera de nuestra era.
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