Cuando nos comunicamos con los demás, lo hacemos dentro de un esquema concreto. Es lo que se denomina nuestro mapa mental. Y este mapa se conforma de acuerdo a nuestros valores, nuestra experiencia vivida y todo eso que nos hace únicos como personas: pensamientos, gustos, etc. Por eso todo aquello que no corresponde con nuestro mapa nos parece extraño, ajeno, raro, y tendemos a tildarlo de malo o negativo. Para tener una comunicación lo más satisfactoria posible lo ideal es hacerlo partiendo de la asertividad. El concepto de asertividad se puede definir como establecer un vínculo comunicativo sin agredir a su interlocutor, pero tampoco sin quedar sometido a su voluntad. Por lo tanto, puede comunicar sus pensamientos e intenciones y defender sus intereses, es decir, saber decir lo que queremos decir de una manera comprensible, sin perder las formas y sin quedarnos sin decirlo. Por ejemplo, yo puedo estar esperando para pagar en un supermercado y que alguien se me cuele. Ante esto se suele reaccionar o bien montando una escena o bien no diciendo nada. Ambas reacciones generan a posteriori un sentimiento de culpa o de inferioridad, depende, que nos hace nos sentirnos satisfechos del todo. Comunicarse asertivamente en este caso es ser capaz de decirle a la persona que se ha colado que nosotros estábamos a la fila, haciendo cola, y que debería colocarse en el lugar adecuado. Sin gritar pero tampoco dejándolo pasar. Se puede expresar mucho sin necesidad de levantar la voz.
Si aprendemos y trabajamos la asertividad conseguiremos tres cosas:
- Nos sentiremos más satisfechos en nuestras conversaciones, siendo capaces de expresar todo lo que sintamos de una manera adecuada y mucho más comprensible.
- Nuestro entorno nos vivenciará como una persona cercana y clara, en la que se puede confiar y de fácil relación.
- Lograremos algo tan importante como es el ser más abiertos, generando esto que conozcamos nuevas ideas, que seamos más respetuosos sin dejar por ello de opinar y que, sin perder nuestra esencia, podamos crecer y ampliar nuestras miras.
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