lunes, 4 de junio de 2012

Desde mi ventana: Alimentar la mente -Ángel de Castro-


Me han regalado un librito precioso, y digo librito porque es chiquitito, pero insisto que precioso, su autor es Lewis Carroll, sí, el genial autor de Alicia en el país de las maravillas. El librito en cuestión se titula Alimentar la mente, que consta de seis breves capítulos, el primero de los cuales es el que da nombre al libro y se trata de una conferencia que dictó sobra las bondades de la lectura en clave de humor. Y es de lo que quiero hablar, del libro y de hacia dónde me ha llevado:


Comienza el autor relatando las múltiples comidas que hacemos a lo largo del día y los múltiples cuidados que tenemos con el cuerpo a diferencia de la mente siendo ésta de mayor importancia y necesitada de mayores cuidados. Si ella falla vamos de cráneo. Y dirigiéndose al público le hace algunas preguntas directas sobre lo que ha estado haciendo últimamente con la mente, para pasar enseguida a ofrecer algunas reglas:

La primera dice que deberíamos preocuparnos de suministrar a la mente su propio tipo de alimento, y así como rechazamos rápidamente aquellos que pueden lesionar nuestros estómagos deberíamos estar más alerta para convencernos de lo indigestos que son algunos textos periodísticos: los hay que abiertamente dañan el estómago, porque dan náuseas, lesionan el cerebro porque no usan argumentos, cornetas del apocalipsis, sino la visceralidad más primaria junto a reacciones xenófobas, machistas y cavernícolas.

La segunda hace referencia a la glotonería, que provoca, según el autor, debilitamiento de la capacidad digestiva. Si el Sr. Carrol viviera hoy estaría asustado de las montañas de información que reciben nuestros cerebros diariamente, de forma que no hay estómago que pueda aguantar, y no aguantamos, porque se ve excesivo aturdimiento aun en las mentes más preclaras. Todos estamos sorprendidos de lo que la mayoría de los tertulianos saben, dominándolo todo y pontificando sobre todos los temas del mundo mundial, hasta quitarse la palabra de la boca unos a otros… y sabiendo tanto los expertos, ni se enteraron de que se acercaba una crisis mundial terrorífica, así como no olieron ni de lejos las revoluciones últimas de los países árabes.

La tercera dice Lewis Carroll que, después de haber utilizado una comida saludable y en su cantidad adecuada, no deberíamos consumir demasiados tipos diferentes de comida a la vez y pone el ejemplo de la bebida: cerveza, sidra, helado, café, chocolate, leche, agua, coñac, leche batida… Teme el autor tanto batiburrillo, pero con cierto orden yo te diría que te acerques a la poesía, al ensayo, a la biografía, a la historia, y naturalmente a la novela, pero no solo a la novela y menos a los best sellers únicamente. Mi padre se leyó todas las novelas del Oeste, de Marcial Lafuente Estefanía en especial, se perdió el resto y estoy seguro de que hubiera disfrutado más abriendo el abanico.

La cuarta y última hace referencia a los intervalos, tan necesarios para la mente como para el cuerpo. Yo aconsejo a leer con bolígrafo en mano para subrayar y muy de vez en cuando levantar la mirada del libro, respirar y dejar que lo leído repose, de lo contrario es fácil que la lectura se convierta en pasar de largo por los escritos sin dejar que penetren y calen. Y no es lo mismo leer para crear que leer para consumir. Esto es lo que viene a decir el autor de Alicia en el país de las maravillas: “Así como se mastica la comida, el proceso mental que esto conlleva como efecto es simplemente el de comenzar a pensar sobre lo que leemos. Es éste un ejercicio mucho mayor para la mente que la mera recepción pasiva de los contenidos. Una hora de pensamiento continuo sobre un tema es mejor que dos o tres horas de mera lectura”.

Finaliza la conferencia aconsejando “leer, anotar, aprender y asimilar”, que son los verbos de una buena alimentación de la mente. Pues eso.

Ángel de Castro




3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Sr. Angel de Castro. Está de vacaciones o es que ya se cansó de escribir para nuestro blog.
Si así fuera me causaría un gran dolor, espero no sea ese el motivo.
Me encantaría volver a ver desde mi ventana sus articulos.
Sabes que soy una persona que te aprecia y espero sigas colaborando con nosotros.
Un abrazo.
Adela

ÁNGEL DE CASTRO GUTIÉRREZ dijo...

He estado fuera. No, no me he cansado de escribir, es difícil que me canse, mal tendria que estar. Sigo escribiendo más que nunca. Así que seguiré colaborando.
Gracias, Adela, un abrazo.
Ángel

Adela dijo...

Me alegro un montón por tus vacaciones y que quieras seguir colaborando.
Mucas gracias y un abrazo.
Adela