miércoles, 3 de agosto de 2011

Arte - Fotografía: Getxophoto 2011 "Elogio a la vejez"


En la localidad vizcaína de Getxo, se celebra el certámen de fotografía Getxophoto, un espacio de creatividad y vanguardia con la fotografía como principal elemento conductor.

Para este año 2011, los organizadores de Getxophoto, han elegido la vejez como tema principal, bajo el título "Elogio a la vejez". La muestra tendrá lugar en Getxo (Vizcaya), entre el 1 y el 30 de septiembre. Habrá unos espacios abiertos en la Playa de Ereaga, en el Puerto Viejo, espacios cerrados en las salas de exposiciones de la localidad vizcaína.

El director de Getxophoto, Jokin Aspuru, ha señalado que "hoy en día se esconde la vejez" y que "la imagen que nos llega tiene que ver con la enfermedad o la demencia", por lo que desde el festival se ha pretendido "mirar de frente a la vejez" a través de la fotografías de una serie de artistas.

Así se podrán ver múltiples maneras de vivir de la vejez, con temáticas como los concursos de belleza para mayores (Luis Cobelo), la vida en los geriátricos (Josep Echaburu), la transexualidad en la tercera edad (Sander Marsman) o la alegría de cumplir cien años (Patrick Duncan).

Además, Andrew Zuckerman mostrará su serie "Wisdom", un proyecto multimedia de voces, presencias físicas, palabras e ideas de casi 50 destacados escritores, artistas, diseñadores, actores o políticos con una edad superior a 65 años.

Por su parte, el francés Sacha Goldberger traerá al festival su trabajo "Super Mamika", en el que convirtió a su abuela, una anciana húngara superviviente del holocausto nazi, en una superhéroe con singulares superpoderes.

También destaca la serie Sun City, del autor alemán Peter Granser, quién retrata una colonia de jubilados estadounidenses en el suroeste del país, donde sólo se permite la residencia a mayores de 55 años.

Dentro de la Programación del Festival, hay diferentes actividades, como el espacio 1/100, que permitirá la exposición de fotografías enviadas por fotógrafos profesionales o aficionados que sean seleccionadas.

Para visitar la página web de Getxophoto pincha aquí

Para participar en el espacio 1/100 aportando alguna fotografía:

Bases

Boletín de inscripción

Frank Kalero, comisario del festival, a través de su artículo "Homo Senex", justifica la presencia de "Elogio a la Vejez":

El drama de la vejez no consiste en ser viejo, sino en haber sido joven
Oscar Wilde

Todos sabemos reconocer a un viejo en la calle. Incluso una persona de 65 años es capaz de hablar de otra de 85 años como una persona vieja, excluyéndose él mismo de esa clasificación. ¿Cuándo es uno viejo? Depende de para qué. Se trata más bien de una acotación individual, pero que al igual que el período de edad permitido para conducir, debe ser definido para ser administrado.

Distensión muscular, pérdida de agudeza visual, degeneración de estructuras óseas, pérdida de la líbido, demencia senil, disociación de ideas, hipertensión. El que se examina en el espejo cada mañana y sólo ve nuevos estragos sobre su cuerpo, a la larga padecerá gerontofobia. La definen como el miedo irracional a hacerse viejo, cuando en realidad es de lo más racional. Envejecer y morir, un axioma universal, aún nos sigue pillando por sorpresa.

Hasta hoy en día, el cumplir 65 años era el momento oficial del cese de trabajo porque nos transformábamos en seres poco productivos para la sociedad, lo que convierte esta definición en una herramienta del sistema de producción. Hace un siglo no existían problemas de jubilación pues pocas personas alcanzaban los 65 años. Las duras condiciones de trabajo se encargaban de eliminar a la clase obrera y las enfermedades a la burguesía. No era necesario entender o mejorar las condiciones de vida de la tercera edad. Ahora, no sólo hay más ancianos sino que éstos viven mucho más. Lo cual se interpreta como un dato positivo desde la perspectiva de lo políticamente correcto, pero visto desde la pragmática biológica puede considerarse como un lastre para la especie. Ante este panorama, es necesario distinguir entre esperanza de vida y esperanza de vida libre de incapacidad. Llegar a los 90 años a base de cócteles químicos, innumerables visitas al médico, operaciones y oraciones, no es algo que pueda ser descrito como esperanza de vida, ya que ni hay esperanza ni, mucho menos, vida.

El interés por comprender la tercera edad comienza tras la Segunda Guerra Mundial. Mejoras médicas y sociales invierten la pirámide demográfica. El estado se preocupa por readaptar a los que abandonan su rol productivo. Después de jubilarse, los hay quienes aún vivirán cuarenta años más. Y es éste un jugoso mercado para toda una nueva serie de servicios. Es así como envejecen los viejos. Para formar a un viejo se necesitan unos veinte años, de los sesenta a los ochenta, justo cuando aparece elarcus senilis, el anillo que surge alrededor de la córnea, que parece ser el signo universal de la vejez. Son veinte años para encontrar la paz interior y abrazar la muerte.

Aceptar la jubilación de un modo resignado y conformista puede ser un error. Habrá quienes lleven décadas soñando con no levantarse a las seis de la mañana. Pero son muchos los que desean seguir siendo útiles y se ven, de repente, con un animador sociocultural enseñándoles a danzar bailes de salón con ancianas obesas y abuelos cojos. Tiempo libre y grandes expectativas que no se sabe cómo canalizar. Y es ahí donde entra en juego el monstruo de la segunda oportunidad. Viajar, aprender, amar; todo ello con un cuerpo ya decadente que no se corresponde con las expectativas que se esperan alcanzar.

El investigador y científico Sergei Voronoff implantaba pedazos de testículo de mono a sus pacientes para rejuvenecerlos. En 1930 se contaban por miles los pudientes con gónadas de mono paseando por Europa, convencidos de tener los testes remojados en la fuente de la eterna juventud. Paradoja de nuestra época: cuando somos jóvenes invertimos nuestra salud en hacer dinero; cuando viejos, gastamos ese dinero en recuperar la salud perdida.

Los ancianos sumidos en una ataraxia estoica, que no es más que el sendero del Buda, ya sea de manera consciente o inconsciente, entienden esa edad como un tiempo de equilibro, serenidad y aceptación. Platón argumentaba que liberado ya de las pasiones juveniles, uno se puede entregar a los placeres del espíritu. Para Aristóteles por el contrario, la vejez era pura decadencia y en absoluto garantía de sabiduría, pues hay viejos estúpidos al igual que lo eran de jóvenes. El homo senex actual tiende hacia esta ultima visión, la aristotélica: la mayoría llegan a la tercera edad sin un espíritu que alimentar, sólo con una cabeza conectada al televisor. Y ello se produce porque en la sociedad actual la vejez se omite, y se relega a toda suerte de residencias, convirtiendo muy ardua la tarea de envejecer con dignidad.

Ser viejo no es bueno o malo, no es un estado encomiable, es simplemente inevitable y forma parte de nuestra identidad biológica. En esta edición de GETXOPHOTO queremos mostrar muy diversas facetas de esta período vital universal que es sistematicamente ignorado por los medios de comunicación, como si ignorarlo fuese algo así el secreto de la inmortalidad. Otro aspecto importante que debemos subrayar es que la tercera edad aquí expuesta es la del estado de bienestar. Conviene recordar que una gran parte del planeta sigue inmersa en una economía de pura subsistencia, en la que no existen ni jubilación ni bailes de salón, pero donde, paradójicamente, se envejece con mayor dignidad.


Fuentes: ABC, Deia, El País y Getxophoto.com

La fotografía que ilustra la entrada es de Josep Echaburu, que es uno de los fotógrafos que participaran en "Elogio a la vejez".

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me gusta la idea de no esperar a tu funeral para que la gente hable bien de ti.
Me uno a este elogio de la Vejez.
Muchas gracias por compartir la noticia.
Un beso y buen verano,
Marisol