
En 1973 regresó a Japón, tras haber conseguido ser un referente en la escena artística contemporánea más allá de sus fronteras. Sus redes infinitas, o las esculturas por acumulación, la pusieron en lo más alto de la escena artística neoyorkina, superando las adversidades como mujer asiática de un espacio artístico predominantemente blanco y masculino.
Con el regreso a Japón llegaron las dificultades y tras quebrar su negocio de arte, su vulnerabilidad física y psicológica la llevó a internarse en un hospital psiquiátrico, que sigue siendo su hogar, y su espacio de creación continuada. Siendo sexagenaria, septuagenaria, y actualmente octogenaria, y ajustándose al sentido terapeútico del arte, ha seguido produciendo obra escultórica y pictórica, volviendo incluso a regenerar su actividad en la producción de instalaciones a gran escala, superando todas las adversidades.
Una de sus obsesiones es representar el espacio infinito, y así, con motivo de la Exposición en el Museo Nacional Reina Sofía, ha diseñado la Infinity Mirror Room, un espacio donde juega con espejos y luces reflectantes.
Entre el 11 de mayo y el 12 de septiembre de 2011, se puede visitar esta exposición en el Museo Reina Sofía de Madrid.
1 comentario:
Gracias por darnos a conocer a Yayoi kusama, y tengo mucha curiosidad en conocer su obsesión por los lunares y los puntos.
Y aprovecho para decir que todos podemos "pintar" mucho en nuestro entorno.
¡ Buena semana!
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