lunes, 22 de noviembre de 2010

Desde mi ventana: Sobre las palabras escritas (Ángel de Castro).


- Escribir a mano, tenía y tiene su aquél, entre íntimo, cálido y artesanal.

- Escribir al ordenador, no deja de tener su encanto y su sorpresa, todo corre y fluye, y en cualquier momento puedes quitar, poner, alterar, subir, bajar…, y no deja de ser una gozada constatar las múltiples posibilidades, como ver limpiamente el resultado al instante. Si quieres agarrarte al presente y que el futuro no te abandone hay probarlo y, por qué no, dominarlo.

- Escribir, como quien no quiere la cosa vengo escribiendo desde mi primera juventud, pero es en los últimos años y principalmente en mis últimos tres libros, trilogía de diarios interactivos, cuando se me ha ocurrido la idea de invitar al lector a tomar parte activa desde la primera página. El escritor libanés, Elías Khoury, de paso por España, ha declarado que cuando se llega a la última frase de un libro suyo, el lector tiene que decidir qué hacer con él, reinventar lo que ha leído. Siempre he creído que ésta es la verdadera lectura, lo demás es como el que pisa los paisajes sin pasearlos, pasa por los museos sin detenerse a interiorizar lo que ve y atraviesa las ciudades a la velocidad de las autopistas. Y de la escritura, en cuanto creación artística, a la lectura, para que el lector se convierta en auténtico creador. Escribir, en mi caso, no para entretener ni complacer, sino para, fundamentalmente, que el lector se haga las mismas preguntas que yo, de entrada, y a ser posible que siga haciéndose preguntas, que siga pensando y rumiando por su cuenta y riesgo.

Cedo la palabra a quien considero mi maestro en esto de escribir, y él lo hace como nadie:

- "Lo que más importa de un escritor no es que invente algún que otro personaje memorable. Importa que se invente desde la nada y la soledad a unos cuantos lectores, a uno solo. Escribir es hablarle a alguien a quien no conocemos, es arrojar una piedra a la lisura de un lago, es adivinar y decir las palabras que alguien estaba a punto de pensar." Antonio Muñoz Molina

Ángel de Castro.

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