martes, 6 de julio de 2010

Desde mi ventana: Palabras que oxigenan el ambiente (Ángel de Castro).

Gracias, es una palabra que no me gustaría verla desprendida de mis labios (y de los tuyos), siempre amable compañera y amiga fiel: gracias, gracias, muchas gracias; gracias a la vida, que nos ha dado tanto y aun a los que apenas ha dado nada; gracias, muchas gracias, a tantos y tantos, que nos han ayudado a ser como hoy somos y sin los cuales seríamos la sombra de nuestra sombra; gracias a quienes nos han regalado tantas palabras de aliento (palabras que salvan y aminoran la agresividad ambiental, ésta es una de ellas) y tantas lecciones a través de sus libros, de sus clases o de sus conversaciones inteligentes; gracias al que nos sirve el café cada mañana o nos cede el asiento o la acera; gracias a quienes nos envían vídeos bellos, traviesos, pícaros o pornos; gracias a los amigos que alimentan cada semana el calor de la amistad y a los que siempre están ahí, aun cuando nos veamos de año en año o a ese amigo, que en cuanto te ve, te cuenta los entresijos de su mundo interior sin andarse por las ramas. “La amistad, decía Epicuro, danza alrededor del mundo, pidiéndonos a todos que nos despertemos para dar las gracias. ¡Qué atroz es que nuestro amigo haya muerto! (El tiempo restaña las heridas y la alegría vuelve a pesar de todo) ¡Qué bien que haya vivido!”;
gracias a Merche, la pescadera, que verla limpiar y cortar el pescado es toda una delicia por el arte increíble del que está dotada y lo domina a la perfección, porque lo trata con mimo, profesionalidad y de cada pieza logra una obra de artesanía: la coge con la izquierda y con la derecha le quita con una herramienta especial las escamas, se hace con un cuchillo más bien fino, hiende por los dos lados del espinazo de la cabeza a la cola y tira de ello sin romperlo ni mancharlo, la abre, saca los lomos dejando la espina dorsal limpia y oronda, por todo lo cual se merece cada día que la contemplo, entusiasmado, doblemente gracias y un piropo: eres una artista, (su compañera, debo añadir, está aprendiendo su buen hacer); no, no somos todos lo mismo, porque conozco a otra pescadera que verla trajinando el pescado es un sufrimiento, lo martiriza, aun ya muerto, lo masacra, lo despeluza y usa un instrumental propio de matarifes tercemundistas. Estoy esperando, esperanzado, que aprenda para poderle decir un día: bien, muy bien, da gusto como trabajas; gracias: es una de las demostraciones mayores de la grandeza de alma, manifestación de reconocimiento y valoración de las acciones de quienes pasan a nuestro lado y paradigma de quien va por la vida sembrando sonrisas (no es posible dar las gracias sin al menos media sonrisa); gracias: es lo mínimo que se puede esperar después de un detalle, un favor, un obsequio y demuestra la finura, la sensibilidad y el civismo, virtudes siempre necesarias en un mundo tantas veces frío, apático y egoísta, que no sabe dar las gracias;
gracias: habría que ir con ella, ya digo, siempre al lado, para lanzarla al viento de la convivencia, a la primera de cambio, en todo tiempo y circunstancia; gracias, gracias, muchas gracias, sin preguntar el color, la creencia, la espesura de bondad o maldad de quien está delante, gracias, por estar cerca cuando más los necesitamos y porque, estando lejos, siempre están cerca;
y gracias, gracias, muchas gracias, ¡qué menos!, a quien está leyendo esto.

Ángel de Castro

3 comentarios:

Adela dijo...

Gracias a ti, porque al leer tu articulo medoy cuenta de la cantidad de veces que tendría que decir y gracias y se me olvida.
De ahora en adelante tendré la palabra gracias siempre presente.
Un abrazo.

ÁNGEL DE CASTRO GUTIÉRREZ dijo...

Gracias Adela, por estar ahí, te echaba de menos, con tanto caminar, recorriendo el Camino de Santiago, no me extraña que hayas estado ocupada y bien ocupada. Creo que fue una experiencia que mereció la pena y que salió todo formidable.
Un abrazo

Federación Provincial de Asociaciones de Jubilados y Pensionistas de Valladolid. dijo...

Gracias, muchas gracias a las personas que desinteresadamente, hacen suyas responsabilidades encaminadas a mejorar el asociacionismo de personas mayores de la provincia de Valladolid, en función de sus posibilidades.