martes, 4 de mayo de 2010

Desde mi ventana: Palabras sombrías, palabras refulgentes (Ángel de Castro)

· Avestruz: por mucho que escondas la cabeza debajo del ala, la vida sigue palpitando fresca a tu alrededor, la fiesta continúa y la primavera se viste con sus mejores galas. Y te lo pierdes. Y si de conflictos se trata, no son maneras, al toro de la reyerta hay que cogerlo de los cuernos. Ni mirar para otro lado ni esconder la cabeza bajo el ala.

· Palabras ceniza: cucaracha, hipocresía, frivolidad, jeta, terrorista, maltratador, soplagaitas, adulador, fantoche, insulto, oiga usted: a mí no me da lecciones nadie, no me arrepiento de nada, chulo, cabrón, hijaputa, tú no eres nadie, tú no eres nada, eres un gusano, mierda, cojones…, no se las oí jamás ni a mi padre ni a mi madre, por eso, quizás, me escuecen tanto en la boca.

· Irene Sendler, cumplió 98 años el 15 de febrero. La madre de los niños del Holocausto y candidata al Nobel de la Paz. Es uno de los últimos héroes de una generación que ha demostrado una fuerza, una convicción y un valor extraordinarios frente al mal de una naturaleza extraordinaria.

… A lo largo de un año y medio, hasta la evacuación del Gueto en el verano del 42, consiguió rescatar a más de 2.500 niños del Gueto de Varsovia por distintos caminos: comenzó a sacarlos en ambulancias como víctimas de tifus, pero pronto se valió de todo tipo de subterfugios que sirvieran para esconderlos: sacos, cestos de basura, cajas de herramientas, cargamentos de mercancías, bolsas de patatas, ataúdes... en sus manos cualquier elemento se transformaba en una vía de escape.

Los nazis supieron de sus actividades. El 20 de octubre de 1943, Irene Sendler fue detenida por la Gestapo y llevada a la prisión de Pawiak donde fue brutalmente torturada. Aunque era la única que sabía los nombres y las direcciones de las familias que albergaban a los niños judíos, soportó la tortura y se negó a traicionar a sus colaboradores o a cualquiera de los niños ocultos. Le quebraron los pies y las piernas y fue sentenciada a muerte. Mientras esperaba la ejecución, un soldado alemán la ayudó a escapar.

Fue propuesta al Premio Nóbel de la Paz junto al vicepresidente de los Estados Unidos Al Gore, y se lo dieron a él, ¿cómo se lo iban a dar a una viejecita de casi 100 años de edad y que había pasado, durante toda su larga vida, desapercibida? Murió recientemente. Su recuerdo nos salva y su nombre no debe dormir en el olvido.

Ángel de Castro

2 comentarios:

Adela dijo...

Gracias Angel por recordarnos a Irene Sendler,tanto como se habla hoy día de la memoria historica parece que se nos olvida una historia tan reciente.
La sociedad de hoy está a falta de muchos como ella no solo para recordar,si no tambien para poner en practica, algunas cosas de que ella hizo.
Sigue diciendo cosas que ms hagan reflexionar.

ÁNGEL DE CASTRO GUTIÉRREZ dijo...

Gracias, Adela, será un placer seguir escribendo desde está ventana, sabiendo que hay gente que se asoma agradecida y reflexiona por su cuenta y riesgo.
Un abrazo