jueves, 25 de marzo de 2010

Desde mi ventana: El poder de las palabras (Ángel de Castro)

Existe una historia antigua que cuenta lo sucedido a unas ranas que viajaban por el bosque y, de repente, dos de ellas cayeron en un hoyo profundo. Las demás ranas, cuando vieron lo hondo del hoyo, les desanimaban diciendo que se dieran por muertas. Ellas no hicieron caso a los comentarios de sus compañeras y siguieron tratando de saltar fuera del hoyo con todas sus fuerzas. Las otras ranas seguían insistiendo que sus esfuerzos serían inútiles. Finalmente, una hizo caso a las ranas y se rindió. Se desplomó y murió. Pero la otra rana continuó saltando tan fuerte como le era posible. Las ranas gritaban sin desmayo y le decían que no haría mejor cosa que prepararse para bien morir porque sus esfuerzos serían inútiles. La rana saltaba cada vez con más fuerza hasta que logró salir del hoyo. Al ver lo sucedido las ranas le preguntaron: "¿No escuchaste lo que te decíamos?" Les explicó que era sorda y que, cuando estaba haciendo esfuerzos en salir, entendía que las demás la animaban a esforzarse más y más para salir del hoyo.

Moraleja: las palabras tienen poder de vida y muerte. Una palabra de aliento dicha a alguien que se siente desanimado puede ayudar a levantarle. Y una palabra destructiva puede ser lo que acabe por destruir a quien está deprimido. La fuerza de las palabra, o el poder, o la magia... porque hay palabras que abrasan y matan y palabras que refrescan y curan… y palabras, unas pocas, que sintetizan nuestra biografía más personal.

“Las palabras que de verdad cuentan nunca son más que unas cuantas y a través de ellas uno podría explicar su vida”, ha escrito Susana Fortes. Eso pretendo, explicar mi vida y animarte a ti a que lo hagas también.

Te recuerdo que nos iremos viendo semana tras semana y será un placer encontrarte.

Ángel de Castro.

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