Los propósitos de nuevo año deben reflejar aquellas cosas que realmente queremos conseguir y por las cuales nos vamos a esforzar, porque si planteamos algo que no nos motiva, no lo vamos a hacer, y al final se puede traducir en un sentimiento de frustración o incapacidad que no nos lleva a ningún sitio. Una frase que resume esta idea es la siguiente: Los sueños se hacen realidad cuando tenemos la convicción interna para guiarnos, la pasión para emocionarnos y la disciplina para ejecutar las acciones precisas.
Con esto claro, vamos a pensar en nuestros propósitos de Año Nuevo y los vamos a escribir. Pensaremos cosas que realmente queramos conseguir, por las que nos vamos a implicar y a movernos para lograrlas. Lo ideal es escribirlo de la forma más clara posible, sin dejar nada al azar y describiendo claramente el objetivo, por ejemplo: “durante el 2013 me comprometo a andar, durante los 6 primeros meses, 3 días a la semana unos 20 minutos cada uno, y durante los otros 6, 3 días a la semana o más durante media hora cada uno. De esta manera me sentiré más sano y más activo, disfrutaré del paseo y lo haré porque quiero y porque me sienta bien” Podemos pensar objetivos relacionados con el ámbito social (familia, amigos, conocidos…), de ocio y tiempo libre (pasear, participar en actividades, leer…), de salud (alimentación, estilo de vida…), de estados de ánimo (actitudes, cambios de pensamiento…), o las áreas que nos interesen más. Así nos podremos organizar mucho mejor las ideas. Y si lo queremos hacer bien del todo, dibujaremos un árbol y en cada rama un objetivo. La forma de la rama, el color, la largura y grosor, etc… serán diferentes para cada uno de ellos, volcando así toda la creatividad.
En definitiva, los propósitos de Año Nuevo nos ayudan a activarnos, a pensar sobre lo que queremos y sobre todo, nos ayudan a conseguirlos. ¡Feliz Año Nuevo!
No hay comentarios:
Publicar un comentario