viernes, 17 de febrero de 2012

Convivir y aprender a ser mayor en Perlora (Asturias)

Esto sucedió en Valladolid, hacia 2006. Un buen día nos llamaron del Aula de Mayores de la Diputación de Valladolid, de nuestros respectivos pueblos, en mi caso, Villanueva de Duero, que es donde resido. Teníamos la ocasión de participar en una Escuela de Verano que organiza la Excelentísima Diputación de Valladolid. Ni mi mujer ni yo sabíamos de que se trataba. Hacía poco que yo me había jubilado y éramos nuevos en estos menesteres. Entramos en sorteo y tuvimos la suerte de que nos tocó. Sin pensarlo dos veces hicimos las maletas y nos fuimos hacia Perlora (Asturias). Nunca nos imaginábamos que esta decisión nos iba a suponer un gran descubrimiento: convivir con otras personas en una casa, y rodearnos de tanta gente, de diferentes pueblos de la provincia de Valladolid, gente cargada de años y de historias.

Desde que nos levantábamos hasta que nos acostábamos, la ilusión de todos, era de pasarlo lo mejor posible. Todo el día en este campamento, para arriba para abajo, a las tareas que los prófes nos marcaban con tanta simpatía y con tato cariño, que nos sentíamos unos privilegiados. ¿Qué es lo que hemos hecho nosotros, para merecer esto....? ¡Ah! ya sé: hemos trabajado tanto que nos lo tenemos merecido.

Lo que yo no me imaginaba es a qué había ido yo allí. Cuando llegamos a nuestro campamento, esa misma tarde, nos lo explicaron. Resulta que nos habían concentrado, para dos cosas: primero para convivir en grupo incluso sin conocernos de nada. Nos acoplaron en un chalet con otro matrimonio que no les habíamos visto nunca: Ramón y Rosario, de Valoria la Buena (Valladolid). Ellos llegaron los primeros al chalet. Cuando llegamos nosotros les pedimos si nos daban alojamiento, nos respondieron que con mucho gusto y a partir de ese momento, como si nos conociéramos de toda la vida. Que matrimonio más guay. Lo primero que hicimos fue sortear el dormitorio; uno tenía el armario en la misma habitación y el otro lo tenia en el pasillo. El baño era compartido y todos los días antes de salir para hacer las actividades, lo quedábamos todo limpio y en estado de revista. Solo usábamos el chalet para dormir. El resto del día lo pasábamos haciendo todo tipo de actividades como marchas, gimnasia… Después teníamos taller donde había unos debates bastantes acalorados sobre temas de compartir tareas en casa, tanto estando jubilado como en activo. Y esta es la segunda parte por la que estábamos allí convocados: para aprender a ser mayor. Yo pensaba que lo sabía todo. Nada mas lejos de la realidad: lo que nos enseñaron de pequeños lo tenemos que desaprender.

Lo mas importante es que nos lo pasamos muy bien, y sí que aprendimos. Hasta hicimos una obra de teatro que estuvimos preparando desde el primer día. ¿Que cómo salió? Bueno, regular, pero lo hicimos. Teníamos unos profesores estupendos, un saludo para todos ellos.

Joaquín Hormigo Carrillo
Villanueva de Duero (Valladolid), febrero de 2012

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