viernes, 23 de septiembre de 2011

Tras las huellas del camino.

El Camino de Santiago en la Casa de las Hermanitas de los Pobres en Valladolid

Con motivo de la festividad de Santiago Apóstol, este año, las Hermanitas de los Pobres en Valladolid, han organizado una peregrinación “virtual” por el Camino de Santiago a su paso por esta provincia, tratando de cumplir el sueño que muchos ancianos tenían en mente.
Por tal motivo, se engalanó la casa y se señalizó el camino que debían recorrer.
Se creó un cartel alusivo a cada localidad por donde transcurre el Camino de Madrid a su paso por la provincia de Valladolid.
Con el fin de mitigar la fatiga de los peregrinos, se diseñaron doscientas viseras y otras tantas vieiras, que los asistentes utilizarían como distintivo.
Se instalaron mesas – a modo de albergues- donde los andarines serían socorridos con alimentos y bebida.
Y como por arte de magia, las cosas comenzaron a cambiar en la casa, cuando llegó la noticia de la peregrinación. Lo importante, ya no eran los medicamentos o dolores, ahora se trataba de si serían capaces de recorrer tantos kilómetros, o aguantar el viaje.
Llegado el momento, con las Hermanitas a la cabeza, se reunieron en el patio todos los residentes de la casa, acompañados de familiares, amigos, personal laboral y voluntarios.
Allí, la Madre Sor María José -tras tranquilizarles un poco- les dio la bienvenida a todos y les explicó quien era el Apóstol Santiago y la importancia de su festividad.
Isabel Leo -como peregrina y hospitalera- les habló del camino y les invitó a seguir las huellas de los que lo recorrieron antes.
Tras impartir la bendición a todos los peregrinos y asistentes el Rvdmo. Sr. D. José Delicado Baeza, comenzó hacerse realidad el sueño de muchos.
Caminaron con decisión y sin temor porque se creían acompañados de los ángeles que el Señor había mandado para que les protegieran y guiaran a lo largo del recorrido.
Y avanzaron hacia lo desconocido, con la certeza segura de que sus súplicas serían escuchadas.
Nunca hasta ese momento había visto reflejada tanta ilusión y alegría en la cara de los ancianos.
Y se vivieron momentos mágicos donde el dolor o la tristeza habían desaparecido, los impedidos andaban y todos deseaban llegar al final.
Poco a poco fueron avanzando y pasando ante los carteles que representaban a las localidades de: Alcazarén, Valdestillas, Puenteduero, Valladolid, Simancas, Ciguñuela, Wamba, Peñaflor de Hornija, La Santa Espina, Castromonte, Valverde de Campos, Medina de Rioseco, Berrueces, Tamariz de Campos, Moral de la Reina, Cuenca de Campos, Villalón de Campos, Melgar de Arriba, Fontihoyuelo y Santervás de Campos. ¡Cuántos pueblos y cuanta historia olvidada…!
Como estaba previsto, a lo largo del camino fueron encontrando personas hospitalarias, que les ofrecían alimentos o bebidas con las que saciar la sed y reponer fuerzas.
Tras pasar por el “Monte del Perdón” y “La Gruta de las Peticiones”, donde se encuentra una imagen de la Virgen de Lourdes, llegaron al final del recorrido.
Y juntos dieron gracias a Dios, a Santiago y a Santa Juana Jugán fundadora de la Orden de las Hermanitas de los Pobres; porque ellas les han enseñado a encontrar la felicidad que habita en la humildad y en la sencillez; por el camino que les ha tocado recorrer a lo largo de la vida; por encontrar motivos para intentar seguir avanzando; porque se camina mejor, cuando se dispone de buenas compañía…
Para recuerdo de ese día y poder acreditar ante los familiares, amigos, o conocidos, se les entregó a todos ellos la Credencial del Peregrino, en la que se hallaban estampados los sellos de algunas de las poblaciones citadas.
Como colofón al evento, se dispuso una cena de hermandad al aire libre a la que todos los asistentes estaban invitados y donde no faltaron: música, cánticos ni bailes.
Al caer la tarde, los peregrinos se retiraron a descansar, y la casa quedó en silencio...
Las hermanitas y los cuidadores caminaban de puntillas…
¡Silencio…!
Dejarles dormir…
Dejarles reposar…
Se merecen descansar y soñar…
¡Mañana Dios dirá!

Francisco Curero e Isabel Leo, voluntarios.

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